No termina de cerrarse el círculo
vuelvo a repetir las repeticiones
y si vuelvo, si retrocedo,
es porque aún no puedo
es porque quedarse resulta
siempre el único encuentro
El mismo sueño me levanta
todas las madrugadas
envuelto en charcos de sangre
como visiones al despertarme
Al enfrentar el espejo
descubro que estoy durmiendo
y que despertar es sólo un sueño
La maraña de imágenes que rodean estos ojos
se pierde en el espacio de las palabras
donde ningún vocablo nos basta
y sin voces somos gratitud de ignorancia
Pero me es imposible aceptarlo,
quedarme dormido en los jardines caóticos
de los grandes profetas y tiranos
Debo escapar, aunque el escape no me sea dado
Debo edificar, sin la arquitectura firme de las magníficas cepas
y aunque tenga que refutar tamaña historia de dioses y abecedarios
Podrá existir un dios
que tira de las carrozas donde miles de príncipes blandean suaves látigos
Podrá existir un gigante
que se cerciora de los ínfimos actos de sus más ínfimos fieles
Nadie en estas páginas podrá negarlo,
pero no existirán aquí, en este espeso bosque para ciegos
donde no se ve más que espejismos pululando, visiones que se desencajan
y dioses de todas las fuerzas o tamaños, entre miserias y maldades, caminando a nuestro lado
Rodrigo Conde
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