El placer de las espinas


Me quedé dormido un momento y me sorprendiste en un sueño. Estabas en un jardín, toda rodeada de rosas rojas, la única forma de llegar a ti era atravesando esos rosales. Yo no dudé y me metí entre las flores, pinchándome por todos lados. 

Sí, lo sé, el hombre es el único animal al que le gusta cometer una y otra vez los mismos errores...







Rodrigo Conde

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