Ella



Ella que nos introduce en las lecturas dormidas

Ella que nos da lumbre en la cueva de las sombras
y nos dibuja planetas con los gestos de su risa
proyectándolos desde las oscuridades a las luces

Ella que nos enseña a unirnos en el agua

Ella que nos ampara con su capa negra
y camina detrás como una sombra de gárgola
dándonos alas para morir en la empedrada
que nos incita a perdernos
alentándonos y humillándonos hasta lo fatídico
por el hilo de una mujer que teje y desteje
que nos incita a laberintos
hartándonos suavemente con la tentación
de las más destructivas ciabogas decisiones

Ella
instructora malévola
que demuestra irrefutablemente
que nada sabemos
y que ni de eso nos damos cuenta

Ella
seductora voraz, ladrona de nuestros más atractivos amantes
detractora tenaz, rompedora que endurece nuestros corazones
y desmorona los edificios en los que nos encerramos
permitiéndonos gozar la voluptuosidad de la agonía

Ella
magnífica partera de nuestras niñas ultrajadas
heroína pirata de las naves saqueadores
que nos hunde y seguimos
que nos incendia y seguimos
mientras nuestras proas cortan la emboscada de las olas





Rodrigo Conde

Comentarios

Entradas populares