Sin dios
Sin dios, pero llena de fe. Sin confianza, pero llena de ilusión. Se lanza a las llamas sin miedo, tiembla y está riendo, es mágica y profana. Piensa que miento pero hace caso a cada una de mis palabras, ha visto la maldad en mis ojos pero sólo le importa mi alma. Una vez se puso a bailar desnuda, ante la ausencia del sol, y yo le dije al diablo: “ni se te ocurra mirarla, ya he reclamado antes que tú el dominio de su corazón”.
Cuando el verdugo me busque y me haga pagar todo lo que he hecho, sé que ella llorará por mí y me defenderá con fervor ante mis justos acusadores. “Déjalos –le diré– tienen razón, los crímenes de guerra si tienen que pagar cuando llega la paz”.
La imagino lavando mi sangre para que mi efigie este limpia de pecado. La imagino vestida de negro, con una belleza tan lúgubre que les rasgará a mis enemigos el corazón. La imagino bailando alrededor del fuego que emana de mi pira, como el chorro de luz que sale de un volcán.
Cuando la oscuridad me avasallaba aferrándose a mis carnes como un perro de pelea a la yugular, yo me ponía a recordar el placer y así lograba sobrevivir un día más. “Después de las noches que pasé contigo sé que sobreviviré a todo, porque la sola ilusión de volver a sentir tu calor me dará la fuerza para aguantar cualquier mal”.
No tenemos ningún dios, somos dos desangelados a los que el destino unió con brutalidad y placer. Hemos sobrevivido a todo y todas las veces que nos caigamos nos volveremos a levantar. No me importa que no la merezca, haré lo que sea para retenerla y como no tengo dios, no hay quien me pueda castigar. En esta vida no importa todo lo que tengamos que sufrir para poder conseguir lo que nos hace feliz.
Rodrigo Conde
bien niño escritor!
ResponderEliminar