Soy el otro



Ya sabía que esto iba a terminar pasando, has ido retrocediendo en mí, poco a poco, como una marea sin pleamar. Grito para disimular, como fingiendo un ardor imaginario. Otras cosas queman, es otro el fuego, porque yo soy otro leño. Combustible siempre, explotando desde siempre, pero vos no estás. Vos sos el fuego en sueños, el recuerdo de lo que fui y ardí. Soy la ceniza que fertilizó el campo del otro, he sido su alimento para que ahora crezca, fuerte y soberbio. Soy el otro, el que comió de mí. Tanto hice que no dio frutos, tanto intenté sin conseguir nada. Ahora todo se lo lleva el otro, el otro gana mis cien derrotas.
Vos, poesía, quedaste en mí, no en el otro. No traspasaste el portal, no me traicionaste. Te hundiste en mí para no volver o no volver a él, que soy yo, es verdad, pero no igual, no el mismo. Otro.
Cambié para conseguir lo que quería, pero la poesía fue fiel a mí, a lo antiguo en mí. Eso no se lo pudo llevar. Dirán que este otro gana, es cierto - diré -, pero sin poesía.




Rodrigo Conde


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